Morro de l’Abella
El Morro de l’Abella es un mirador natural que se encuentra a lo alto del Pantà de Sau, en los Cingles de Tavertet, un espectacular sitio tanto para los expertos en senderismo como para los principiantes en este mundo, ya que las impresionantes vistas panorámicas que ofrece de la Vall de Sau no tienen desperdicio alguno. Este lugar está situado en la comarca de Osona, en la misma provincia de Barcelona, por lo que llegarás a el Morro de l’Abella en poco menos de una hora y media desde la capital catalana.
Así que si quieres pasar un dia fuera del ruido y el estrés de la ciudad y desconectar entrando en contacto con la naturaleza, venir hasta Tavertet es una perfecta opción, ya que, al estar relativamente cerca de Barcelona, puedes aprovechar al máximo la jornada y disfrutar al completo de un día en el Morro de l’Abella.
Antes de entrar en detalles de la ruta senderismo que puedes hacer en Morro de l’Abella, quería hacer un paréntesis y aprovechar para recomendarte otra opción: la visita a Contonigròs. Este es un pequeño y adorable pueblo que se encuentra muy cerca de Morro de l’Abella y desde donde sale una ruta que va desde este mismo pueblo hasta La Foradada. Allí, en medio de la naturaleza, se encuentra un enorme salto de agua rodeado de paredes rocosas, una de las cuales cuenta con un gran agujero muy característico que le ha hecho ganarse el sobrenombre de “la foradada”, que en castellano vendría a significar “la agujereada”.
En esta zona de Osona, además, puedes emprender otras excursiones muy interesantes para pasar un agradable día en familia, en pareja o con amigos, como son por ejemplo la ruta de les Coves de Can Riera, el mirador del Ter (el río por excelencia de la provincia de Girona), o el avión estrellado de Requesens. Y, si os gusta también el turismo de ciudad, podéis aprovechar para visitar las preciosas ciudades de Vic i Rupit, con mucha historia y magia entre sus calles y murallas.
¿Como llegar al Morro de l’Abella?
Ahora sí, centrándonos ya en nuestro objetivo, procedo a explicarte cuál es la mejor ruta para llegar hasta el Morro de l’Abella y, una vez allí, qué opciones tienes para hacer de esta una experiencia 10 de 10.
Para llegar a este “mirador” que se encuentra encima del famoso Pantano de Sau, hay varios caminos, tal y como puedes comprobar que indica Google Maps. Pero si te interesa hacer esta ruta sin tener que pasar por peajes y evitar pagar, el mejor camino que puedes tomar para optimizar al máximo el tiempo es coger la AP7 hasta el desvío de la C17 dirección Parets-Vic. Si no, la otra opción es coger la Ronda de Dalt (B20) o Ronda Litoral (B10) desde Barcelona, a al altura del Nus de la Trinitat, y desde allí coger la C-33, ya que a lo largo empalma con la AP7 y te acabará llevando al desvío de Parets-Vic de la C-17. Eso si, por esta ruta deberás pagar un peaje de 1 ‘3€ que, visto con perspectiva, no es para nada de los más caros de Cataluña, así que en parte te puede salir a cuenta si prefieres optimizar tiempo de recorrido hasta la destinación.
Una vez estás situado en la carretera C-17 dirección Vic, un poco antes de llegar a esta ciudad de comarca, deberás tomar los dos carriles de la derecha para coger la C-25 en dirección Girona-Manlleu-Vic, y en poco timepo ya encontrarás la salida que te interesa: la 183 dirección Roda de Ter. Luego, solo falta tomar el desvío a la BV-5207 en dirección a l’Esquirol-Tavertet, y ya llegarás a l’Abella una vez pasado el poble de l’Esquirol. Aunque la carretera tiene un poco de curvas, pronto llegaréis a un parking de tierra que se encuentra a mano derecha y que es de fácil localización, ya que está bien señalizado. De hecho, antes los coches aparcaban en la misma carretera, pero debido al aumento de visitantes a esta zona, las autoridades han habilitado este parking para aparcar el coche y así evitar los atascos que se producían por la acumulación de vehículos.
Nota importante: Se puede aparcar en el descampado en cuestión, pero es zona de pago en los meses de verano y temporada alta. De hecho, hay una persona en la casita de madera que preside el parking que cobra 2€ por persona para visitar el Morro de l’Abella. Aunque de buenas a primeras te parezca desmotivante, lo cierto es que este módico dinero sirve para mantener esta zona natural en buen estado y para regular la masificación turística debido al boom del turismo de montaña que está tan de moda últimamente. Además debes saber que de momento no se puede acceder al tramo final del Morro de l’Abella porque las rocas de esta parte final tienen una grieta y podría ser peligroso.
Y recuerda, no lances el ticket del parking, ya que, cuando llegas al final de la ruta, desde donde se ve el río y se entrevé una zona perfecta para descansar y tomar unas preciosas fotografías, deberás mostrarle este ticket a la persona que esté vigilando la zona, o del contrario no podrás pasar a la roca desde donde hacer las fotografías.
Por el contrario, si prefieres no pagar el parking, también tienes la opción de llegar al Morro de l’Abella a través de la población de Tavertet, donde podrás aparcar sin problemas tu coche, ya que es un pueblo sin una abrumadora cantidad de gente y turistas. Desde allí, puedes emprender una ruta senderista a través del Collsacabra, una caminata que, sin ninguna duda, te va a conquistar. Entendemos Collsacabra como la comarca natural que se encuentra a la Cataluña interior, entre las comarcas de Osona, la Garrotxa y la Selva, y limita al oeste con la plana de Vic, al sur con la Vall de Sau i les Guilleries, al norte con la SIerra de Cabrera y al este con la Vall de’n Bas u les Planes d’Hostoles.
¿Qué ver en el Morro d’Abella?
El recorrido en sí desde el parking hasta el morro de l’Abella en cuestión tiene una duración de unos 15 minutos simplemente. Es un tramo muy fácil y accesible, por lo que es el lugar perfecto para ir con niños, ya que disfrutarán de la naturaleza y de las impresionantes vistas pero sin cansarse demasiado físicamente. Y, aunque haya un pequeño tramo del camino con piedras -justo antes de la parte final hay una pendiente con piedras-, lo podrás sortear sin ninguna dificultad añadida, no te preocupes.
Realmente el camino es super intuitivo, ya sea por las indicaciones propias del camino o por la gente que te irás encontrando por el camino, que suben y bajan, y que de algún modo te ayudarán a seguir el camino. De todos modos, que sepas que, justo al dejar el parking donde tendrás aparcado tu coche, te encontrarás con una bifurcación. En esta ocasión debes escoger el camino de la izquierda. Unos minutos más tarde y después de haberte adentrado ya un poco en esta zona de la montaña, te encontrarás con otra bifurcación: esta vez, sin embargo, debes tomar el camino de la derecha. Una vez pasado este tramo y la subidita con piedras, llegarás por fin al mirador del Morro de l’Abella, donde te encontrarás un vigilante que está regulando la afluencia de gente.
Ahora que nos encontramos en medio de la era del Covid y debemos tomar precauciones extras, se ha estipulado un máximo de 15 personas a la vez, y así evitar aglomeraciones y poder igualmente preservar la distancia de seguridad mínima de 1 metro y medio. Por lo tanto, si no eres de los primeros en llegar, seguramente tendrás que hacer un poco de cola para acceder a la parte del mirador. Eso sí, te aseguro que vale la pena esperar, ya que las vistas son simplemente espectaculares.
La única advertencia que debo hacer es para la gente que sufra de vértigo o que tenga miedo a las alturas, ya que en el fondo este lugar es un mirador, y por lo tanto está elevado respecto le Pantano de Sau, que verás al fondo del valle. En general, pero, al ser un espacio muy grande y abierto, no da mucha sensación de altitud si no te arrimas en exceso a la punta de la roca.
Desde este mirador, si miras hacia la derecha, podrás ver el impresionante salto de agua del Tirabous, uno de los más emblemáticos dels Cingles de Tavertet. Este salto forma parte del torrente de la Noguera, con un desnivel de unos 100 metros de pared casi vertical que acaban en un charco que está prácticamente esculpido en la roca a causa del poder de erosión del agua con el paso del tiempo. Desde allí ya prácticamente desemboca en el Pantà de Sau. Eso sí, si acudes al lugar en época de pocas lluvias, es posible que no veas el salto de agua.
Si quedas fascinado por estas joyas de la naturaleza, puedes también disfrutarlas desde otra perspectiva. Eso sí, deberás desplazarte unos pocos kilómetros hasta el pueblo de Tavertet, para coger desde allí una pista senderista que sube por las montañas bordeando el Pantano de Sau en dirección a el Castell. Una vez allí, verás una masía con una caminito que sale desde su derecha y nos acercará a las montañas de nuestra derecha: así, en escasos minutos, llegaremos a ver, por fin, el Morro de l’Abella, habiendo accedido desde otra perspectiva esta vez.
¿Qué otras visitas hacer cerca del Morro de L’Abella?
Si decides aprovechar el día al máximo, te recomiendo algunos lugares cercanos al Morro de l’Abella para que los disfrutes en familia o con amigos. La verdad es que esta zona de Osona tiene unos paisajes preciosos, así que cualquier sitio que visites te encantará.
Cantonigròs i La Foradada
Una opción que recomiendo vehementemente para visitar si estás por esta zona es ir a Cantonigròs, una entidad del municipio del Esquirol, de la comarca de Osona. Una buena idea es aparcar el coche en al gran parking gratuito que hay justo debajo del campo de futbol de esta localidad.
Una vez aparcado, lo mejor que puedes hacer es ir hacia la Foradada, de la cual he hablado antes en este post. Para llegar hasta ella, debes seguir el camino de tierra que encontrarás justo a la salida del parking hacia abajo, hasta ver una caseta de madera. Allí, después de pagar una cuota de 2’5€ por persona -como en el caso del Morro de l’Abella, para ayudar a conservar correctamente el espacio natural- podrás seguir tu camino e ir a ver de cerca la famosa Foradada.
Después de un camino que te llevará unos 15 o 20 minutos en hacer, verás una bifurcación señalizada, que te indica que debes girar a la derecha y pasar por una bajada ligeramente empinada, pero muy asequible. Pasados unos 10 minutos en los que te verás inmerso en plena naturaleza, entre árboles, sombras y animalitos del bosque, llegarás por fin a dicha cascada. Esta tiene una altura de 15 metros en los que se encuentra el famoso agujero al que este lugar debe su nombre.
Para regresar, debes emprender el mismo camino que a la ida, pero esta vez será de subida, así que quizás te lleva algunos minutos más regresar al parking. En definitiva, una excursión muy sencilla pero preciosa, y que encima está a tan solo 30 minutos a pie del pueblo de Cantonigros.
Pantano de Sau
El Morro de l’Abella es básicamente un mirador que se encuentra justo arriba de este pantano, así que no hay mejor momento que el día que vayas al Morro de l’Abella para aprovechar y disfrutar al completo del maravilloso Pantano de Sau. Este lugar es uno de los parajes más bonitos de la província de Barcelona, y está ubicado concretamente en el pueblo de Vilanova de Sau, pueblo que puedes aprovechar para visitar también. Además, está rodeado de los acantilados y precipicios de la montaña de Collsacabra y de los bosques del Espacio Natural de les Guilleries-Savassona.
Este pantano, de hecho, es todo un icono paisajístico en Cataluña. Inaugurado en 1962, esta obra hidráulica almacena el agua del río Ter para abastecer las necesidades de la población de Barcelona. El pantano, además, separa dos sub-comarca de Osona: el valle de Sau, situado al sur, y el de Collsacabra, situado al norte y encima de un altiplano elevado a más de mil metros sobre el nivel del mar.
Lo que hace este lugar tan especial es que en él yace sumergido el antiguo pueblo de San Román de Sau. Y, de hecho, tan solo se ve sobresalir del agua la punta del campanario de su iglesia. Este antiguo pueblo era una pequeña villa con muy pocos habitantes: estaba conformado por un puente romántico, una iglesia – el campanario de la cual se ha conservado-, y varias masías.
Si eres un amante de las aventuras, puedes aprovechar para bañarte en este precioso pantanao -algunos intrépidos van andando hasta los restos arquitectónicos del campanario, aunque no sea muy recomendable, debido a un cierto peligro de posible derrumbamiento- o bien hacer kayak. Por el precio de 20 o 30 euros, podrás disfrutar de un paseo de hora y media de duración por el pantano, y la verdad es que es una experiencia muy agradable, relajante y recomendable.
Para llegar al Pantano de Sau, el camino es muy sencillo. Si vienes desde Barcelona, debes tomar la carretera C-17 en dirección a Vic, y después coger el desvío hacia el pueblo de Vilanova de Sau. Aparcar por el pueblo será una de las mejores opciones, ya que al no ser un pueblo muy turístico habrá sitio de sobras y encima gratis.
Desde allí, sigue las indicaciones que señalan el camino hacia el pantano. Es una ruta sencilla y muy bien indicada y señalizada, que transcurre por medio de la naturaleza, entre árboles y vegetación, que se agradecen sobretodo en pleno verano. Pronto, llegarás por fin a dicho pantano.
En cambio, si vienes desde Vic hasta el Pantano de Sau, la mejor opción es tomar la carretera de Casserres, la BV-5213, y aproximadamente a la media hora de trayecto, llegarás al pantano en cuestión.
Vic
Hablando Vic, creo que es también el momento perfecto para recomendarte aprovechar este viaje a las tierras de Osona para visitar su capital. Con una población de más de 46.000 habitantes, Vic es la capital de comarca de la Cataluña interior por excelencia. Su historia se remonta a la época de los romanos, cuando se le conocía por el nombre de Ausona.
La verdad es que, personalmente, he ido varias veces a Vic, y cada vez me ha gustado más que la anterior. Es una ciudad que casi parece un pueblo, con mucha historia en sus calles en su muralla, sus edificios históricos, una personalidad muy marcada y espiritual. Así que creo que, si estás pasando unos días por esta zona de Cataluña, no puedes dejar pasar la oportunidad de dar un paseo por las calles de Vic.
Si tan solo dispones de un día para visitarlo, no puedes perderte la Plaza Mayor -también conocida como Plaza del Mercadal-, ya que es una de las plazas porticadas más grandes de Cataluña. Además, si acudes a ella un martes o un sábado, verás el mercado municipal que organizan: es impresionante. Fíjate también cuando visites esta plaza, en un edificio que destaca respecto al respeto por la belleza de su fachada: es la Casa Comella.
Otros lugares dignos de admiración son el Templo Romano, que data del siglo II d.C y que se encuentra en el punto más alto de la ciudad. También destacaría la Iglesia de la Piedad, una construcción de estilo gótico que data del siglo XVII que tiene una fachada preciosa. Además, también está la Catedral de Sant Pere de Vic, donde destacan un campanario y una cripta que aún se conservan desde el siglo XI, y que representan unas verdaderas joyas de la arquitectura románica.
Finalmente, te recomendaría dar un paseo por la muralla y los puentes que rodean lo que es el caso antiguo de VIc, y así aprovechas para hacer unas preciosas fotos al río que pasa por medio de esta ciudad.
Si puedes escoger un día para ir a Vic, creo que el mejor momento del año para hacerlo es durante el puente de la Puríssima, entre el 6 y el 8 de diciembre, ya que es cuando se celebra el famoso Mercado Medieval de Vic, todo un espectáculo donde la ciudad se viste de gala y se convierte en un fenómeno súper interesante que atrae cada año a cientos de turistas.
Rupit
Finalmente, también quería aprovechar este post para recomendarte una visita al maravilloso pueblo de Rupit, el cual está considerado como uno de los pueblos más bonitos de toda Cataluña. Su mérito se debe a la perfecta combinación entre los paisajes naturales que lo rodean, y unas edificaciones medievales de gran valor arquitectónico, histórico y turístico.
Una de las curiosidades de Rupit es que, al ser todo un pueblecito medieval, no se puede acceder en coche, y deberás dejarlo a las afueras y caminar a pie por dentro de sus murallas. La mejor opción que tienes es dejar el vehículo a un parking de las afueras, donde pagarás 3 euros por la estancia pero tienes la seguridad de que el coche estará bajo buen resguardo.
Una vez te adentres por las calles de Rupit, lo mejor es dejarse perder a través de su magia. Su encanto reside en las múltiples casitas de piedra que conforman las calles y datan de los siglos XVI y XVII, el silencio majestuoso que impera, y el aura medieval que traspasan las calles y plazas del lugar.
Otro lugar emblemático de Rupit es su puente colgante, capitaneado por esta inscripción en su punto de inicio: “No está permitido balancearse ni pasar más de 10 personas a la vez”. Desde este puente podrás sacar unas fotos impresionantes, tanto del paisaje, como del río, como del mismo pueblo.
Así que ya sabes, si vas a pasar un día o unos días por la zona del Morro de l’Abella, en la comarca de Osona, no te quedes con las ganas y haz una ruta por otros sitios emblemáticos y magníficos de esta zona como lo son Vic, Rupit o el propio Pantà de Sau. Todos ellos te conquistarán y te harán querer volver aquí lo antes posible. Es la magia de la naturaleza.
Espero que os haya gustado esta bonita ruta por el Morro de l’Abella, es un sitio genial para ir con la familia y amigos! Si tenéis cualquier duda podéis dejarlo en los comentarios.
Está ruta me encanta! Es súper bonita la he hecho muchas veces con mi familia lo que eso sí cuando estás en el morro de l’abella tienes que tener cuidado con los niños pequeños no se vayan a ir muy cerca del precipio… La última vez que fui había un chico controlando que no entrara más gente de la permitida y al final del morro de l’abella no se podía acceder… Aunque hay gente que se saltaba las normas aunque el chico de allí le avisaba…
Ruta imprescindible para hacer unas vistas espectaculares
Muchas gracias por tu comentario! Me alegro que te guste! Y si es una excursión imprescindible el morro de l’abella.