Puentes colgantes de Chulilla
Una de las rutas más bonitas e impresionantes que puedes encontrar en el interior de la provincia de Valencia, es la de los Puentes colgantes del pueblo de Chulilla, que discurre por las Hoces del Río Turia. Se trata de un cañón excavado por el agua durante miles de años, y que nos ha dejado un paisaje espectacular dentro del Paraje Natural Municipal de Los Calderones.
El curioso nombre de Chulilla (o Xulilla en valenciano) es un municipio de la Comunidad Valenciana, que se encuentra en la comarca interior de los Serrans. Esta limita al norte con Aragón, al este con el Campo de Turia, al sur con Foia de Bunyol y al oeste con Castilla la Mancha. Tiene una población total de poco más de 600 habitantes, por lo que es un lugar tranquilo, conocido principalmente por sus rutas de senderismo.
La más famosa de estas rutas es, sin duda alguna, la de los puentes colgantes, también conocida como la ruta de los pantaneros. Este sencillo recorrido te llevará del mismo pueblo al embalse de la Loriguilla, que era el antiguo camino que hacían los “pantaneros” para llegar al trabajo en los años en que se estaba construyendo esta presa. El pantano en cuestión se encuentra a tan solo 4 kilómetros de Chulilla, en el límite entre este municipio y el de Loriguilla.
Volviendo al pueblo de Chulilla, cabe decir que es uno de los pueblos con mayor encanto de Valencia, gracias a sus calles blancas, el castillo de época romana y el precioso entorno y paisaje natural que lo envuelven, con vistas al Cañón del Turia. Por esta razón, si quieres emprender la ruta de los puentes colgantes, es también parada y visita obligatoria un recorrido por Cuchilla, ya que es un pueblo con tanta historia que te atrapará y conquistará en seguida. Y es que, de hecho, este municipio es primitivo: data de la época de la Edad de Hierro.
Ahora sí, centrándonos en la ruta de senderismo, debes saber que los puentes que cruzarás son de reciente construcción: concretamente, del 2013. Sin embargo, su historia se remonta a los años 50, con la construcción del Embalse de Loriguilla, que he mencionado antes.
El hecho es que, en esos años, la población de Chulilla experimentó un fuerte crecimiento debido a las obras que requería el pantano, porque los trabajadores que venían de fuera o de otras partes de España se alojaban mientras tanto en Chulilla. Al verse obligados a cruzar, como mínimo, dos veces al día el trayecto entre Chulilla y el embalse, decidieron construir dos puentes: uno colgante y el otro fijo, que servirían para atravesar el imponente Cañón del Turia de manera más rápida y eficaz.
Desgraciadamente, en octubre de 1957 tuvo lugar una fuerte riada que se llevó consigo dos de los puentes construidos. Así, no fue hasta 2013, más de 50 años más tarde, que se volvió a lanzar la iniciativa de construir estos puentes, con la finalidad de recordar y rememorar aquellos que antaño sirvieron para los trabajadores y la gente del pueblo. De esta forma, además, se buscaba potenciar el turismo de la zona. Y parece que ha funcionado, porque la ruta es muy entretenida y agradable de hacer, y todo el mundo que acude a ella, la recomienda.
Ahora, el puente más alto tiene una altura de unos 15 metros por encima del nivel del río, y una longitud total de unos 21 metros. Por esta razón, si sufres vértigo o te impresionan mucho las alturas, piénsatelo dos veces antes de emprender esta ruta por los puentes colgantes. El otro puente cuenta con una longitud de 28 metros, pero en este caso la altura por encima del nivel del lecho del río es menor: de 5 metros y medio.
Este río que atraviesan los puentes colgantes es el Turia, río mediterráneo de 241 kilómetros de longitud que nace en la provincia de Teruel y desemboca en la misma ciudad de Valencia.
¿Cómo llegar a los Puentes colgantes de Chulilla ?
Para llegar a la ruta de los puentes, la mejor opción es llegar al pueblo en coche, aparcarlo allí, y, desde ese punto, emprender la ruta a pie. De hecho, a lo largo del pueblo encontrarás numerosos aparcamientos en los márgenes de la carretera, la CV-394, además de otras zonas. Incluso hay un aparcamiento específico al lado del inicio de la ruta, que es el que te recomiendo para dejar estacionado tu vehículo.
Desde este aparcamiento, vuelve sobre tus propios pasos a lo largo de unos cuantos metros, gira a la izquierda, y en seguida verás las indicaciones que señalan la dirección de la ruta senderista. La dirección que debes tomar es la del Embalse de Loriguilla, por lo que no hay posibilidad alguna de perderse.
Antes de adentrarnos en la ruta de los puentes colgantes, debes saber que esta se puede realizar o bien desde el Embalse de Loriguilla, o bien desde las afueras del pueblo, indicado como la ruta de los pantaneros, y lugar donde se cobra 1 euro de tasa. Esta tasa fue aprobada en abril de 2019, por ordenanza fiscal con la finalidad de regular el control de acceso al Paraje Natural de Los Calderones. De esta tasa, de precio prácticamente simbólico, quedan exentos los empadronados en el municipio, los menores de 10 años y los mayores de 65 años.
Además, como notícia de última hora, es importante que sepas que el Ayuntamiento de Chulilla lanzó un comunicado el pasado 25 de enero de 2021 en que decidía cerrar la ruta de los pantanos, más conocida como ruta de los puentes colgantes, durante los fines de semana y festivos. Esta medida responde a la nueva situación de la pandemia Covid-19, que ha obligado a tomar algunas medidas restrictivas para evitar las aglomeraciones innecesarias y así evitar el ritmo de propagación del virus. Eso sí, entre semana, se puede seguir yendo a realizar esta maravillosa ruta senderista en medio de este increíble entorno natural mediterraeo.
¿Qué ver en la ruta de los colgantes de Chulilla?
La ruta de los Puentes colgantes de Chulilla es la más aventurera y bonita de esta localidad valenciana. Traspasando el Cañón del Turia, junto a las paredes que superan los 80 metros de altura, llegarás a los famosos y esperados puentes, desde donde hay unas impresionantes vistas a las hoces del río Turia. Pero, bueno, vayamos paso a paso.
Tan solo unos metros después de haber empezado la ruta, llegarás a un mirador desde el que se ven unas impresionantes vistas al cañón y al río Turia. El paisaje es tan bonito que te sentirás abrumado por su grandiosidad.
El sendero sigue a tu izquierda, bordeando el cañón del Turia durante unos metros, a la vez que este se va estrechando. Entonces debes cruzar un pequeño arroyo que es afluente dle río, y enseguida ya verás un cartel que indica que estamos ante el primer puente colgante de la ruta.
Quizás te sorprenda o te pueda asustar el hecho de que los puentes se muevan bastante. Pero no te preocupes, piensa que estas infraestructuras datan del 2013, por lo tanto son modernas y están hechas de este modo con toda la intencionalidad, ya que su principal finalidad hoy en día es ser una atracción turística para la zona. De hecho, estos puentes colgantes son muy seguros, ya que están anclados a la roca con cables de acero. Y no te preocupes, porque estos cables de acero tienen un diámetro de 28 mm de diámetro, y están sujetos a las rocas mediante unos anclajes de más de 3 metros de profundidad.
Por lo que respecta al segundo puente colgante, lo encontrarás un poco más adelante, cuando ya haya bajado al lecho del río Turia. Este segundo puente también se mueve y nos sirve para sortear las aguas del río, ya que a partir de ahora el sendero seguirá por el margen derecho del río.
Ahora la ruta discurre por el río, bajo las paredes verticales de más de 80 metros de altura. Debido a su altitud, esta zona también es un lugar clave para los amantes de la escalada, y seguro que cuando hagas esta ruta, te encontrarás a más de un escalador a lo largo de estas paredes. Es muy divertido y entretenido observarlos.
Una vez salgas del cañón, te encontrarás con la pared de la presa de Loringuilla, que, como he explicado con anterioridad, retiene las aguas del río Turia en su paso por Chulilla en un paraje completamente natural.
La llegada al pantano es, pues, el final de la ruta senderista. Ya tan solo te queda reponer fuerzas: comer, beber un poco de agua, y respirar profundamente el aire puro de la naturaleza mientras observas el maravilloso paisaje que te rodea. De hecho, hay incluso una zona de picninc habilitada para poder comer y reponer fuerzas en condiciones. Ahora, ya solo queda volver sobre tus pasos para regresar, de nuevo, a donde hayas dejado el coche.
Esta ruta tiene una distancia total de 7 kilómetros y medio, teniendo en cuenta la ida y la vuelta, por lo que, a modo general, se suelen tardar entre 1 y 3 horas en hacer la totalidad del recorrido, dependiendo de las paradas o descansos que quieras hacer, así como de tus necesidades particulares. Además, es una ruta muy asequible y con muy poco desnivel: tan solo encontrarás un poco de subida a la parte final del recorrido, para llegar al pantano. Por todas estas razones, al ser una ruta de dificultad fácil y de paisaje entretenido y precioso, es muy recomendable hacerla con niños y niñas, ya que se lo pasarán en grande -¡y sin cansarse!-.
Pinturas rupestres
Pero, antes de dar por finalizada la ruta, ¡hay más cosas para ver! Si cuando llegas al embalse te ves con fuerzas para seguir caminando un poco más antes de dar media vuelta, puedes aventurarte a hacer la subida hacia la parte alta de la presa. Desde allí, gozarás de unas impresionantes vistas del paisaje valenciano.
Desde este punto, dirígete al Barranco de Vallfiguera. A lo largo de las paredes de este barranco, podrás apreciar las maravillosas pinturas rupestres que han conseguido perdurar año tras año. Las figuras representadas son de carácter zoomórfico (las de un cáprido y un bóvido son claramente identificables) y otras antropomórficas (figuras humanas) en diferentes grupos y posturas.
Para acceder al recinto de las pinturas rupestres, deberás abandonar el sendero y dirigirte hacia la derecha, al fondo del barranco, y luego ascender por unos escalones de fuerte pendiente. Sin embargo, con tal de conservar debidamente el recinto pictórico, la zona de las pinturas rupestres se encuentra vallada por un entramado de rejas. Eso sí, las figuras se ven igualmente de manera muy clara.
Ahora sí, puedes regresar al sendero PR-V 77, ascender por la ladera izquierda del barranco, e rehacer el camino de vuelta hacia el pueblo de Chulilla. Por el camino, podrás obvervar algunos de los picos más altos de la zona: Cerro Negro y La Moratilla.
Finalmente, quiero recordarte unos consejos simples pero esenciales para emprender esta ruta senderista. Primero de todo, lleva ropa y calzado cómodo. Además, trae una mochila con agua y comida -los frutos secos son una opción ideal, dan mucha fuerza y energía en pocas cantidades- para ir reponiendo fuerzas.
Por otro lado, te aconsejo realizar este recorrido preferiblemente en los meses de otoño o primavera, ya que es cuando el clima mediterráneo es más adecuado para hacer excursiones a la montaña: no hace demasiado sol ni demasiada calor, por lo tanto no corres el peligro de sufrir un golpe de calor o deshidratarte; y tampoco hace demasiado frío y a la vez evitas encontrarte con nieve y los accesos a este lugar cerrados por precaución meteorológica. De todos modos, si acudes a Chulilla en verano, intenta evitar las horas de pleno sol para emprender esta ruta.
Además, para terminar de exprimir en profundidad el día, puedes optar por hacer una visita al precioso pueblo de Chulilla y su castillo -o lo que queda de él-, desde donde podrás gozar de unas impresionantes vistas al cañón y al pueblo.
Ruta del Charco Azul de Chulilla
Si te gustan las rutas de senderismo y te quedas unos días más por la zona valenciana de Chulilla, una muy buena idea es aprovechar para realizar la ruta senderista del Charco Azul. Es muy simple: se trata, desde el mismo pueblo de Chulilla, de coger un sendero que te llevará directamente a la llamada Peña del Río y el Charco Azul.
SI te preguntas qué es exactamente el Charco Azul, se trata de un precioso lago o piscina natural de color azul turquesa que forma el río Turia en su curso por la población de Chlilla. Esta zona está rodeada de grandes paredes rocosas, y dispone además de un paso sobre el lago, compuesto por una pasarela de madera pegada a la roca, en el lado derecho del gran charco.
Desgraciadamente, hoy por hoy esta pasarela no se encuentra en perfectas condiciones de conservación, por lo que es recomendable ir con cuidado si se quiere caminar por encima de ella. Es también a causa de su mala conservación, que mucha gente opta por ver parte del Charco Azul o bien desde el suelo o bien nadando por el mismo lago.
Algo interesante de conocer es que el nombre “azul” que recibe el lago puede llevarnos a pensar que hace referencia al color azul intenso del lago. Pero, sin embargo, no es así. La verdad es que el nombre proviene de una transformación del término árabe “azud”, que señala la presencia de una pequeña presa en la zona que se usaba, en ese entonces, para regar las huertas de Chulilla. En esta línea, también es interesante saber que el lago no es natural, sino artificial. Su construcción responde a la necesidad de crear un embalse para poder aprovechar el agua y usarla como fuente de energía para una central hidroeléctrica cercana a la zona.
Espero que os haya gustado la ruta por los puentes colgantes de Chulilla, dejar vuestros comentarios!
Cuál es la mejor época para visitar???? Gracias
En cualquier época es bonito ver los puentes colgantes de chulilla
Me ha encantado la ruta de los puentes de chulilla la he hecho este fin de semana con un grupo de amigos y la verdad que es una pasada, la descubri gracias a este post! La recomiendo sin lugar a dudas es un lugar fantastico que pasar el día con amigos o familia haciendo la ruta de los puentes colgantes
Me alegro que te haya gustado la ruta de los puentes colgantes de Chulilla! Si quieres puedes pasarme alguna foto y la puedo subir al posts! para que haya más contenido para el resto de visitantes 🙂