Jafra, pueblo abandonado
Jafra -o Jafre- según las grafías, es un antiguo pueblo que actualmente está abandonado y que se halla en la comarca costera del Garraf, a escasos kilómetros de Barcelona, la capital catalana. Concretamente, está dentro del término municipal de Olivella, que forma parte del Parque Natural del Garraf, un espacio de interés natural de 12.376 hectáreas y que está considerado como una área protegida.
La importancia de este pueblo abandonado para el conjunto del Garraf y de toda Cataluña es tal que ha sido declarado parte del Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña. Esta es una distinción nacida en 1982 y que tiene como objetivo fomentar y divulgar el estudio de bienes patrimoniales presentes en Cataluña.
Hoy en día, de lo que antaño fue este bonito lugar, tan solo se conservan los restos de la casa del barón de Jafra, la casa de los masoveros, y la iglesia de Santa María de Jafra, con su respectiva rectoría. Estos restos arquitectónicos de gran valor monumental se encuentran en la parte superior de un turón situado a 189 metros de altura respecto el nivel del mar, por lo que, además de disfrutar de la belleza patrimonial del lugar, también podrás disfrutar de las preciosas vistas a la costa del Garraf que te ofrecerá este peculiar pueblo.
Así pues, visitar el pueblo fantasma de Jafra es toda una experiencia sensorial muy interesante, que vale la pena realizar tanto en familia como con amigos o con la pareja. Y si eres de Barcelona o de sus alrededores, aún con más razón, ya que este pueblo está situado a tan solo unos 30 minutos en coche desde la capital condal. Te propongo, pues, un plan perfecto para hacer una escapadita o una excursión de un día a este misterioso lugar del Garraf y así desconectar un poco de la rutina en la que todos estamos inmersos constantemente.
Historia de Jafra
Para empezar, el orígen del nombre de Jafra ya es un misterio. Mientras algunos aseguran que tiene un origen árabe: “ga’far” que hacía referencia a algún pozo de agua nacimiento o sima, otras personas coinciden en decir que este no es un nombre de origen árabe, sino que es un derivado del antropónimo germámico Wifred, que acabaría evolucionando hacía “Jofre”.
Centrándonos en su patrimonio e historia como tal, cabe decir que la existencia de este lugar data desde el año 1139. Sin embargo, por los documentos de los que gozamos, podemos comprobar que el período de tiempo en qué este pueblo estuvo habitado fue relativamente corto: en 1413 ya se indica que la iglesia de Santa María no tenía razón de ser, debido a que en este pueblo no quedaba nadie con vida.
Hay que puntualizar también la relación que ha habido desde siempre entre este pueblo y la historia eclesiástica. De hecho, alrededor del siglo XII se sabe de la existencia de Guillem Ramón, un sacristán que hizo su testamento en el año 1147. En dicho testamento, Ramón Guillem dejó en herencia el pueblo de Jafra a su hijo Pere. Años más adelante, el 21 de aogsto de 1432, se estableció una unión perpetua entre la iglesia de Jafra y la de Sant Fèlix de Olivella, el pueblo de al lado.
Sea como sea, la historia de este pueblo está íntimamente vinculada con la de los barones Jafre. De hecho, fueron ellos los que en el siglo XVII decidieron dar un nuevo impulso al pueblo, mediante la restauración de la iglesia y la nominación de un nuevo alcalde. No obstante, los esfuerzos de estos barones para resucitar un pueblo moribundo no acabaron de dar sus frutos, ya que en 1819 Jafra perdió su último alcalde y pasó a incorporarse de forma definitiva al término municipal de Olivella, posiblemente a causa de los vínculos parroquiales que existían entre ellos.
Cabe destacar que, durante los primeros años de vida de Jafra, sus habitantes se habían dedicado en su gran mayoría a la leña y los pastos. Más adelante, hacia el siglo XVII, se intensificó el cultivo de la viña, aunque, desgraciadamente, la filoxera causaría el progresivo y definitivo abandono de estas tierras. Eso sí, en 1960 aún hay constancia de la presencia de 19 habitantes en el municipio de Jafra.
A modo de resumen y para que te puedas hacer una idea, Jafra empezó siendo una aldea y evolucionó, como mucho, hasta la categoría de pueblo, y fue poblándose y desplazándose a lo largo de la historia, a la vez que pasaba de mano en mano de distintos propietarios que intentaron, sin éxito, sacar a flote este lugar tan especial de la costa del Garraf. Y así hasta llegar a nuestros días.
Leyenda de Jafra
Pero eso no es todo, y es que Jafra pueblo guarda una leyenda que le da a este lugar aún más un aura de misterio y atracción irresistibles.
Cuenta la leyenda que hace casi un siglo, una familia adinerada procedente de Austria decidió venir a vivir al Garraf (Cataluña), concretamente a una masía abandonada que se encontraba un tanto alejada del pueblo más cercano. Estamos hablando de Jafra.
Esta familia austriaca no era demasiado sociable: hasta los padres tenían prohibido a los hijos salir del sendero, y tampoco dejaban entrar a personas desconocidas a su posada. La razón que se escondía tras esta sobreprotección era que los niños tenían una enfermedad en la piel, y los padres no querían que nadie lo descubriera. De mientras, el padre de la familia, que era médico de profesión, mandó construir un jardín para que sus hijos pudieran jugar tranquilamente en él. La autoría de este jardín se la debemos a Jean-Claude Nicolas Forestier, un arquitecto de renombre por aquel entonces, el cual acabó creando un jardín a modo de laberinto, lleno de árboles y arbustos fascinantes.
Poco tiempo después, la madre dio a luz a su cuarta hija: Melinda. Desgraciadamente, el parto tuvo lugar dentro de la masía y la madre murió en el parto, sin que nadie pudiera hacer nada para ayudarla. A partir de ese momento, empezaron a suceder hechos muy extraños en esa casa: los otros hijos fueron muriendo uno a uno (se cree que debido a su enfermedad); y el padre cada vez se sentía más angustiado. Tan solo quedaba él y su recién nacida hija Melinda con vida.
Con el paso del tiempo, los jardineros y ayudantes de limpieza de la casa la fueron abandonando, ya que consideraban que el señor de la casa tenía un comportamiento muy extraño (cuentan que, de un momento a otro, era capaz de pasar de la risa a la rabia extrema, enfureciendose como un auténtico maniático…). Hasta que, finalmente, una noche de octubre, Melinda empezó a correr hacia el jardín, perseguida por su padre, que andaba completamente enloquecido, hasta que cayó al pozo. Dice la leyenda que nunca más se supo nada de ella ni de su padre.
Por esta razón, se dice que en los bosques del Garraf se aparece aún hoy en día el fantasma de Melinda, que ayuda a los visitantes que se encuentran extraviados o perdidos señalandoles el camino, para ayudarles a escapar de las garras de su enloquecido padre.
Otros, en cambio, dicen que en las famosas curvas del Garraf han visto el espectro de una niña, que atribuyen a la personalidad de Melinda, razón por la cual se la conoce como la niña de la curva.
Qué visitar cerca de Jafra
Si quieres exprimir al máximo tu experiencia y visitar más lugares cerca del misterioso pueblo de Jafra, te presento algunas ideas que seguro que te van a conquistar.
Parque Natural del Garraf
Tal y como había introducido antes, Jafra está situado dentro del Parque Natural del Garraf, un espacio de interés natural que cuenta con un total de 12.376 hectáreas y que está gestionado por el Área de Espacios Naturales de la Diputación de Barcelona. Este parque está repartido entre los términos municipales de: Avinyonet del Penedés, Begues, Castelldefels, Gavà, Olesa de Bonesvalls, Olivella, Sant Pere de Ribes, Sitges y Vilanova i la Geltrú.
Por lo tanto y como puedes observar, hay múltiples pueblos y ciudades que visitar por esta zona, cada uno de ellos con su encanto único y su atractivo especial que los hace diferentes. Sea como sea, la comarca del Garraf nunca decepciona; ya sea por su clima, su gente, su mar o su luz, escojas el lugar que escojas de estos para visitarlo, será un acierto seguro, te lo prometo.
Monasterio Budista de Cataluña
Una curiosidad muy interesante de conocer del Parque Natural del Garraf es que alberga un monasterio busdista. Está ubicado en el Palau Novella, un edificio singular de estilo modernista que data de 1890 y que acoge actualmente bajo sus paredes a los miembros de la comunidad Sakya Tashi Ling. Esta comunidad fundó dicho monasterio en 1996, manteniendo y respetando el patrimonio cultural del edificio y su entorno.
Hoy en día, se puede visitar este lugar tan singular del Garraf a través de visitas guiadas de 45 minutos aproximadamente, que deberás reservar con antelación a tu visita, y que te permitirán descubrir el día a día y la filosofía de vida de esta comunidad, así como el bello patrimonio arquitectónico y cultural de su edificio.
Si te ha llamado la atención esta idea y quieres tener una experiencia distinta, no dudes en consultar esta página web para informarte más al respecto y reservar tu visita a este monasterio budista del Garraf.
Otros pueblos fantasmas en Cataluña
Si te ha fascinado la historia de Jafra y, además de visitar este misterioso pueblo, te apetece descubrir qué otros pueblos fantasmas se esconden por Cataluña, te traigo un ranking con algunos de los lugares que no te puedes perder.
Peguera (Barcelona)
Peguera fue un antiguo pueblo de tradición minera que, después de un período de bonanza, cayó en el olvido y la decadencia. Una de las edificaciones más interesantes que aún se conservan y que podrás visitar es la antigua cantina minera de Peguera, así como también la bella ermita de San Miguel.
Corbera d’Ebre (Tarragona)
Este es un lugar atravesado por la historia de este país, ya que fue destruido a raíz de la batalla del Ebro (1938), como parte de una de las últimas batallas de la Guerra Civil Española. El pueblo quedó prácticamente en ruinas, y no fue hasta muchos años después que los habitantes decidieron reconstruirlo dejando las ruinas como memorial y a modo de recordatorio para forjar memoria histórica de los hechos que aquí tuvieron lugar.
Las ruinas de Corbera fueron declaradas como lugar y patrimonio de interés histórico en 1992. Actualmente, puedes visitar este lugar los fines de semana y los festivos, y te recomiendo sobre todo que descubras la iglesia de San Pedro, desde donde hay unas preciosas vistas.
Gallicant (Tarragona)
Pese a ser uno de los pueblos más antiguos de la comarca del Priorat, debido a que era un pueblo que se encontraba justo en el camino romano dirección Vic, la falta de comunicación y las duras condiciones del terreno acabaron con la vida en este pueblo. Los habitantes se vieron obligados a emigrar hacia Arbolí, dejando en ruinas edificaciones que datan desde el año 1720. Es cierto que años más tarde, en 1950, se intentó recuperar el pueblo creando un campamento militar, pero la idea fracasó de nuevo debido a la poca comunicación y a la falta de ocio del lugar.
Selma (Lleida)
Este pueblo abandonado está ligado a un pasado oscuro y escalofriante. Para empezar, en el siglo XII el castillo que presidía este lugar fue concedido por Guillem de Sant Martí a la Orden de los Templarios, quienes lo mantuvieron en pie hasta su disolución. Y durante los años posteriores, a menudo se ha hablado de la mala suerte que perseguía a los habitantes del lugar, especialmente durante el período de Pedro IV de Aragón, el cual se endeudó.
Años más adelante, el pueblo padeció una fuerte sequía y, cuando finalmente estaban consiguiendo recuperarse, fueron sucesivamente atacados por el vandalismo. Después, en la época de la Guerra de Sucesión, este fue un lugar en el que se fusilaron a distintas personas. Así pues, podemos ver que este pueblo ha atravesado muchos infortunios a lo largo de su historia, que al final acabaron por restarle la vida social que tenía.
Aramunt Vell (Lleida)
Y ya para acabar con nuestro ranking de pueblos fantasmas, no nos podemos olvidar de mencionar Aramunt vell, uno de los pueblos medievales más bonitos e interesantes de descubrir de Cataluña, en Lleida. Este pueblo estaba dividido en dos grandes zonas: una de ellas, quedó sumergida en un gran pantano con un castillo del que aún hoy en día quedan las ruinas.
Aunque el pueblo fue abandonado en el siglo XX, cierto es que se siguió usando como refugio durante la Guerra Civil Española (1936-1939), por lo que es un lugar con mucha historia. Pese a que años más tarde se ha intentado revivir este lugar, los esfuerzos han sido en vano, ya que la mala comunicación de este pueblo con sus alrededores acabó por propiciar que sus habitantes lo fueran abandonando de manera progresiva.
Fui con mis amigos hacer una ruta por el pueblo de jafra y la verdad que es super bonito!
Fer, me alegro que te haya gustado el pueblo de Jafra!